No es lo mismo ser un aficionado o un experto en una material de la que queremos adquirir un producto /servicio. Si somos aficionados al ciclismo y queremos comprar un casco, tendremos unos conocimientos previos basados en nuestra experiencia que nos permitirán saltarnos algunos aspectos más irrelevantes. Pero si queremos comprar una lavadora industrial nueva, por ejemplo, tendremos que pasar días informándonos sobre precios, características, opciones de renting, etc.
La cuestión es que si el producto o servicio que vendemos es desconocido para nuestro cliente potencial (nuestro search persona), tendremos que enfocarnos en posibles búsquedas relacionadas con necesidades o dudas de los usuarios. Por ejemplo, si vendemos sistemas de ortodoncia invisible en Málaga, no tenemos que hablar de la marca Invisaling o del precio del tratamiento, sino de las consecuencias, la estética, el cuidado, etc.
Lo mismo ocurre cuando nuestro producto es técnico y va dedicado a un usuario final o a un técnico. En el primer caso tendremos que hablar más de aplicaciones, usos, recomendaciones, etc. y en el segundo caso hablaremos más de aspectos técnicos, precios, descuentos por cantidad, etc.